porque... "el mundo como es, no tiene que ser así"

miércoles, 29 de agosto de 2007

Desde el punto de vista del pueblo:

No hay un "problema de migración"… sino un problema de capitalismo

El imperialismo expulsa a la gente de la tierra, la persigue y hasta la mata en la frontera; luego, dentro de sus fronteras, la superexplota y demoniza. Millones de migrantes tienen que abandonar su tierra natal para ir a Estados Unidos, donde los explotan horriblemente en restaurantes, talleres, jardinería y construcción. Son prácticamente esclavos y la economía del país depende tanto de la superexplotación de estos migrantes que no podría funcionar sin esa mano de obra. Toda la manipulación de los temores de los millones nacidos aquí; todas las divisiones que fomentan e imponen entre las nacionalidades, incluso las nacionalidades oprimidas… todo esto es producto del capitalismo.
Los capitalistas dicen que no son rapaces ni mala gente, sino que no les queda otra; y, en un sentido perverso, tienen razón. A cada uno le impulsa el temor de que otro capitalista lo hunda haciendo trabajar por salarios más bajos y sacando mayores ganancias.
Desde el punto de vista de los de abajo, no hay un problema de migración sino un problema de capitalismo.
La presencia de 12 a 20 millones de indocumentados en Estados Unidos ha entrado en conflicto con otros intereses estratégicos de los imperialistas. Para la clase dominante es un gran problema que haya millones de personas en su "patria" expertas en vivir "fuera de la ley" y esquivar a las autoridades. En esta categoría también figuran los que ayudan a los migrantes: los médicos y enfermeros que los tratan sin pedir identificación, las iglesias que dan santuario a los amenazados con deportación, y más.
Luego hay la situación en México. El año pasado México pasó por una gran crisis de legitimidad en torno a las elecciones, y la sociedad mexicana sigue muy volátil y polarizada. Los imperialistas yanquis temen que la situación se zafe del control… y hasta que fuerzas que se oponen al imperialismo (quizás fuerzas auténticamente revolucionarias) tomen el poder. Temen la posibilidad del caos social y del contagio político en ambos lados de la frontera en caso de que haya una situación revolucionaria, y quieren impedirlos. En parte eso explica la militarización de la frontera. Por otro lado, necesitan apretar las clavijas en la frontera pero también que "marche sobre ruedas", porque la economía y el pueblo de ambos lados de la frontera tienen fuertes vínculos.
La presencia de una población migrante grande y en crecimiento lleva una diversidad de experiencias políticas y culturales a la sociedad estadounidense. Los intereses estratégicos del proletariado radican en romper las divisiones nacionales de las masas, y desde ese punto de vista la creciente diversidad es sumamente positiva. Pero para la clase dominante, hay que fundir la cultura y política de este país con una base de chovinismo blanco estadounidense, especialmente en un período cuando está llevando a cabo guerras y agresiones por todo el mundo. Para ellos, la llegada de tantos migrantes sacude la uniformidad y "cohesión" de la cultura y política estadounidense.
Los capitalistas necesitan a los migrantes, para la rentabilidad de su economía y porque las divisas que mandan a los familiares contribuye a la estabilidad de México. Pero están tratando de tramar una manera de mantener a los migrantes bajo la bota, por un lado, y contener las contradicciones que esto ocasiona, por el otro. Todo esto ocurre en el contexto de un ataque fascista contra los migrantes, con redadas de agentes armados, arrestos y la separación de familiares, ataques de paramilitares fascistas y leyes represivas. De esa manera siembran terror en los barrios de migrantes.La represión ha provocado mucha indignación y protesta de los migrantes y los nacidos aquí. Ante las redadas y arrestos de la primavera, centenares de miles de personas participaron en las protestas del 1º de Mayo por todo el país, como en Los Ángeles, donde los atacó salvajemente la policía. La creciente represión fascista es parte de los esfuerzos de la clase dominante de mantener a todos bajo la bota y callar una situación política volátil, incluso si Bush y el Congreso no logran llegar a un acuerdo mutuo en este momento. Todo esto destaca lo urgente que es que los migrantes y sus partidarios opongan resistencia a esta ofensiva fascista.

Reproducimos este artículo del periódico Revolución: http//:www.revcom.us

La Alarma
alarmaelsistema@gmail.com

Últimas noticias de la lucha de Oaxaca, México:

Miles chocan con la policía en el Cerro del Fortín

El lunes 16 de julio, la policía municipal y estatal atacó con saña a más de 10,000 personas en la ciudad de Oaxaca, capital del estado sureño de Oaxaca, México. Se habían reunido en la Plaza de la Danza para un evento cultural, la Guelaguetza popular. La Guelaguetza popular exhíbe danza y música tradicional de las varias regiones del estado, y resultó ser tan concurrida que la gente marchó hacia otro auditorio más grande, en la cima del Cerro del Fortín, para celebrarla. La APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca), miembros del sindicato magisterial y otros residentes de la zona organizaron el evento como una alternativa a la Guelaguetza que patrocina el gobierno cada mes de julio. El evento oficial atrae a turistas de Estados Unidos y otros países y cobra una entrada que la mayoría de oaxaqueños no pueden pagar.
La policía lanzó gas lacrimógeno y bombas de gas contra los participantes, que se defendieron por más de tres horas. Una hilera de seis camiones de transporte público se quemó. Se construyeron barricadas con rocas y carros. Los simpatizantes les facilitaron baldes de Coca-Cola y vinagre para protegerles los ojos y la piel del humo de gas. Una señora mayor se enfrentó cara a cara con los policías y sin temor les dijo “asesinos” y demandó que se fueran. La policía golpeó a la gente, en particular a los maestros y periodistas.
Arrestaron a más de 50 personas. A unos les vendaron los ojos y les cortaron el pelo antes de llevarlos a diferentes centros de detención. A cada preso le pusieron una fianza de dos millones de pesos (unos 185,000 dólares) y lo acusaron de daño material a la propiedad pública y ajena.
El choque en el Cerro del Fortín recordó la rebelión popular para sacar del poder al odiado gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz (URO), que duró varios meses y llegó a un punto crítico el verano del año pasado. URO se hizo blanco de la rabia y el descontento de todo el estado debido a su represión brutal de las luchas populares, como los ataques a periodistas y a movimientos de campesinos indígenas. Captó la atención mundial cuando URO reprimió con saña un movimiento magisterial que comenzó en mayo de 2006 y que sigue todavía en pie. Esta lucha demanda reformas educacionales, programas de comida y artículos escolares para los alumnos, y un aumento salarial para los maestros.
Unas fotos sacadas en la prensa mexicana demuestran con lujo de detalle la golpiza que la policía le dio el 16 de julio a Emeterio Merino Cruz, un maestro de 43 años de edad. Cruz ahora está en un coma con graves heridas del cerebro y del cráneo, y los médicos dicen que son pocas las posibilidades de que sobreviva. Su esposa, Hilaria Franco Barroso, una maestra preescolar, le dijo a Noticias de Oaxaca: “Yo culpo directamente al gobierno. Para mí es el responsable de todo porque nada era que se manifestaran y dejaran libre (el auditorio) para que se presentara la verdadera Guelaguetza, que es dar y no pedir, ni agarrar el dinero del pueblo”. Agregó que cree que la policía le apuntó porque es maestro y llevaba consigo sus credenciales de maestro.
En los días siguientes, la carretera que va a la sierra mixteca en la región occidental del estado --un centro de fuerte apoyo campesino e indígena a la lucha de la ciudad de Oaxaca— se cerró en protesta contra la represión y para demandar libertad para todos los presos.
Al cierre de esta edición, la policía, los soldados y los hampones a sueldo del gobierno están patrullando la ciudad de Oaxaca las 24 horas. Miles de personas han marchado por las calles en protesta, a pesar del fuerte ambiente de intimidación. Muchos maestros sindicalizados y otros han convocado un boicot de la Guelaguetza oficial y a grandes manifestaciones del 21 al 23 y del 28 al 30 de julio. Un vocero de la APPO le dijo a La Jornada: “El único problema real se resolverá con la salida de Ulises Ruiz Ortiz del gobierno de Oaxaca”. Hay más sobre la lucha de Oaxaca y la situación de México en general en estos artículos en línea en revcom.us: “Informe de Oaxaca” (partes 1-4); "Riñas agudas en la cúpula y gran descontento popular… México: Protestas por todo el país contra la toma de posesión” (#71); y el número especial “México: El volcán político retumba” (publicado originalmente en el #60).

Reproducimos este artículo del periódico Revolución: http//:www.revcom.us

La Alarma
alarmaelsistema@gmail.com

domingo, 26 de agosto de 2007

“Pueblos de los muertos”: Una sobreviviente de Hiroshima relata su historia

6 de agosto de 2007. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. Lo siguiente es un pasaje del testimonio presencial de Yuko Nakamura, quien sobrevivió el bombardeo atómico de Hiroshima. Fue posteado en www.august6.org, la página de una coalición de organizaciones estadounidenses que conmemoraron los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki y se oponen a un posible ataque estadounidense contra Irán. (Traducción de Revolución)

El 6 de agosto de 1945 yo tenía 13 años y era estudiante de segundo año de un colegio para niñas de Hiroshima. A partir de julio, movilizaron a las estudiantes de segundo año, al igual que las mayores, para trabajar en tres fábricas. En esos días yo vivía en Miyajima-guchi, en el oeste de Hiroshima. Me mandaron a una fábrica de aviones en el pequeño pueblo de Koi, al noroeste de la ciudad. La gran mayoría de los trabajadores éramos estudiantes que habían movilizado y había unos pocos especialistas adultos.

En la mañana de ese día fatídico, la temperatura hervía bajo el sol de verano. Nosotras íbamos a la playa ya que la fábrica estaba cerrada por un día para conservar electricidad. Pero una alarma de ataques aéreos nos había demorado un poco, y yo estaba leyendo un libro que una amiga me había prestado. Me sentí aliviada cuando suspendieron la alarma y pensaba que los aviones estadounidenses nos habían pasado, como era usual, sin bombardear. De pronto una compañera que estaba afuera de la fábrica nos llamó y dijo: “¡Miren! Ahí viene un avión. ¡Puede ser un B-29! ¡Está dejando caer algo que parece un paracaídas!”. De pronto un destello de luz amarilla-anaranjada encendió el cielo como si miles de bombas de magnesio hubiesen estallado. Cuando di vuelta para mirar en esa dirección, sentí un choque masivo que me golpeó el cuerpo y en los oídos un gran estruendo. La explosión, contaminada con cristal y tierra, pasó por el interior de nuestra fábrica y me tiró al suelo. Pensé que habían bombardeado la fábrica directamente. A través de la nube de polvo negra, al otro lado de las vigas y columnas derrumbadas, se podía discernir una luz débil. Era la puerta de la fábrica. Arrastrándome por los escombros, me dirigí hacia ella.

“¿Estás lastimada?” me preguntaba una compañera. Examiné mi cuerpo. Mi uniforme se había vuelto rojo, manchado con la sangre de mi nariz que sangraba a causa del estallido. La parte interior de mi brazo izquierdo también sangraba, rayado por un pedazo de cristal. Numerosos pedazos más pequeños se habían insertado en la ropa y la piel. Atendí mis heridas con un trapo que me dio mi amiga y corrí hacia una colina no lejos de allí, apresurada por mi amiga que gritaba: “¡Corre hacia el búnker!”. De camino miré hacia el cielo. El hermoso cielo azul claro de la mañana empezaba a cambiar. Una nube negra se extendía como si se preparara para atacarnos. La nube cambiaba colores, de rojo a gris y de vuelta a negro; crecía y crecía hasta cubrir el cielo entero. Parecía monstruosa. A esta nube se le llama “nube de hongo” y verdaderamente parece una seta. Corrí hacia el búnker en la colina donde recibí un solo tratamiento de mercurocromo. Mientras me lavaba la cara manchada de sangre, la lluvia comenzó a caer. Alguien gritó: “¡Los americanos nos están echando gasolina!”. “¡Van a quemar la colina y moriremos todos!”. Todos corrimos hacia los búnkers aterrorizados. La lluvia era negra, pegajosa y contaminada con arena y tierra. Solo varios meses después nos dimos cuenta de que la lluvia era radioactiva y peligrosa.

Ese día movilizaron a las estudiantes de primer año de mi colegio para ayudar a desmantelar edificios en el centro de la ciudad. Esas chicas de doce años, 220 en total, perecieron al fin del día de quemaduras, sin atención médica, sin ver a sus familias antes de morir. Me pregunté, y aún me pregunto, por qué razón tenían que morir así.

Muchos sobrevivientes, que se habían felicitado a sí mismos por haber sobrevivido el estallido y los efectos inmediatos de la bomba, murieron en unos días con síntomas agudos de fiebre, diarrea, vómitos, puntos violetas de la piel, pérdida de cabello, etc. Muchas personas que fueron a Hiroshima para ayudar también tenían los mismos síntomas y murieron o sufrieron por largo tiempo los efectos de la radiación. Sin embargo en ese momento no nos podíamos imaginar que estos síntomas eran a causa de los efectos radiactivos de una bomba atómica.

Las bombas atómicas convirtieron a Hiroshima y Nagasaki en pueblos de los muertos. Había cuerpos colorados, quemados e hinchados, amontonados en pequeñas colinas de restos humanos. Se veían cadáveres con los intestinos y los ojos derramados; trenes sobrecargados, quemados y achicharrados; gente enterrada viva bajo los escombros y los muertos; filas de gente-fantasmas, casi vivas, con el cabello quemado y la piel que colgaba. No era una escena de vida humana sino un infierno miserable y real. Nunca se me olvida lo mortificada que me sentía al no poder darle agua a esas personas, casi vivas, que no habían podido salvar a sus propios hijos o a sus padres.

La bomba atómica mató a 140,000 personas en Hiroshima y a 70,000 en Nagasaki hace ya 62 años. Por todo el mundo hay que saber que una bomba nuclear puede destrozar brutalmente una ciudad y aniquilar miserablemente tantas vidas en menos de un segundo. Y también hay que saber que las bombas nucleares de hoy pueden causar una destrucción más horripilante.

Hiroshima, Nagasaki… ¿y Teherán?

6 de agosto de 2007. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. (Traducción de Revolución). "Ese fatídico verano, 8:15 a.m. El rugido de un B-29 rompe la calma de la mañana. Un paracaídas se abre en el cielo azul. Entonces, de repente, un destello, una enorme explosión… silencio… el infierno en la tierra.

"Los ojos de las niñas que veían el paracaídas se derritieron. Los rostros se convirtieron en gigantescas ampollas carbonizadas. La piel de la gente que buscaba ayuda les colgaba de las uñas. El cabello quedó en las raíces. La ropa rasgada en tiras. Los que estaban atrapados en las casas que se vinieron abajo por la explosión fueron quemados vivos. Otros murieron cuando los globos oculares y los órganos internos se les reventaron del cuerpo. Hiroshima era un infierno donde los que de algún modo sobrevivieron envidiaban a los muertos". (De la declaración del 6 de agosto de 2007 de Tadatoshi Akiba, alcalde de Hiroshima, que pidió eliminar todas las armas nucleares del mundo)

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos desató la bomba atómica sobre la humanidad. Al ataque de ese día contra la ciudad de Hiroshima, Japón, lo siguió otro contra Nagasaki el 9 de agosto.

Hoy Estados Unidos amenaza con atacar a Irán (y no ha descartado la posibilidad de usar armas nucleares), supuestamente por qué el gobierno islámico quiere construir armas nucleares. Por eso es más importante que nunca recalcar que es el único país que ha usado armas nucleares en la guerra.

Las dos bombas atómicas que soltó a finales de la II Guerra Mundial estallaron a propósito en el aire encima de las ciudades; el propósito era matar a la máxima cantidad de seres humanos y no destruir edificios. Murieron más de 110,000 personas inmediatamente y con el tiempo la radiación mató a centenares de miles más. A los sobrevivientes y sus descendientes les esperaban una muerte dolorosa por cáncer y los defectos de nacimiento.

Si la definición del terrorismo es la matanza de civiles inocentes por un propósito político, rara vez se haya visto un terrorismo igual. Multiplica lo que pasó en Nueva York el 11 de septiembre de 2001 por 40, y solo te has imaginado los primeros segundos.

Poco después, Japón se rindió. Pero antes de que devastara con bombas atómicas dos ciudades sin mucha importancia y sin blancos militares, Estados Unidos ya había destruido su economía y ciudad capital. Muchos historiadores creen que Japón ya estaba a punto de rendirse antes de esos días terribles de agosto de 1945. La principal razón por la que Estados Unidos soltó las bombas atómicas era demostrar su poderío a la URSS, que en ese entonces era un país socialista. Durante la guerra Estados Unidos se alió con la Unión Soviética contra Alemania y Japón, pero incluso antes de que terminara la guerra ya amenazaba a la URSS y se empeñaba en dominar el mundo.

Antes de la guerra, el bombardeo de civiles se consideraba una acción bárbara e ilegal. Estados Unidos no es el único país que cometió crímenes de guerra, pero junto con Inglaterra lo hizo en gran escala. Desde esa fecha ha amenazado con usar armas nucleares docenas de veces, contra la URSS cuando pasó a ser un rival imperialista, y contra Vietnam y China. Ha sido la doctrina oficial estadounidense y una piedra angular de su política militar desde los años 50 recurrir primero a las armas nucleares si cree que sus intereses están amenazados.

Actualmente, a pesar del derrumbamiento de la URSS como rival del terrorismo nuclear de la guerra fría, el gobierno de Bush ha trazado un plan para reestructurar su arsenal nuclear y reconstruir todas las armas. Al igual que Rusia, tiene aproximadamente 5,800 ojivas nucleares, con bombas lanzadas por misiles que pueden aplastar ciudades enteras y armas nucleares "tácticas" más pequeñas que pueden vaporizar blancos menores. Para conmemorar el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki y oponerse a atacar a Irán, hubo una serie de protestas contra el Laboratorio Nuclear Livermore de California, que está a cargo de este plan.. El uso de armas nucleares "tácticas" contra Irán es un tema popular hoy en Washington.

Es una ironía criminal que una semana antes del aniversario del ataque a Hiroshima, y en medio de las amenazas contra Irán por tener un programa nuclear, el gobierno de Estados Unidos llegó a un acuerdo con el gobierno de India para darle ayuda técnica a su programa nuclear. A diferencia de Irán, India no ha firmado el tratado de no proliferación nuclear y ha desarrollado y puesto a prueba sus propias bombas nucleares. Está claro que para Estados Unidos lo importante no es impedir la proliferación de armas nucleares sino apoyar o tumbar a los gobiernos según dictan sus intereses percibidos.

Como ha dicho la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU, no hay pruebas de que el programa nuclear iraní ha producido armas. Es cierto que gran parte de la tecnología y destrezas que se requieren para producir energía nuclear se pueden usar para construir armas nucleares. Y puede ser que el gobierno islámico iraní quiera tener armas nucleares. No es correcto negar esos hechos y maquillar un gobierno antipopular.

Pero el mundo ha experimentado un solo criminal de guerra nuclear, y hay que impedir que lo vuelva a hacer.